*** La comunidad de Campo de Oro, en la parroquia Domingo Peña, municipio Libertador del estado Bolivariano de Mérida, es un referente en la lucha, esmero, constancia, dedicación y compromiso familiar. ***
Un ejemplo significativo de la mujer trabajadora, luchadora, comprometida, amorosa, de gran sabiduría popular y afecto familiar, quien ante cualquier circunstancia ha persistido sin desmoronarse, permaneciendo firme ante los vaivenes que ha presentado la vida, lo representa la gran la protagonista de esta historia, María Jesús Peña de Barrios, de 103 años de edad.
Es una mujer de nuestras tierras andinas, nació el 20 de junio de 1920 en el pueblo La Quebrada, municipio Urdaneta del estado Trujillo. Hija de Juana Antonia Mendoza (†) y José del Rosario Peña (†).
Vivencias
En una hermosa mañana, propia de los andes venezolanos, donde el frío andino se entremezcla con cielos despejados y un radiante amanecer, con su rostro iluminado y una sutileza impresionante, doña María cuenta su fascinante historia reflejando una sonrisa mágica cada vez que ve a alguien que aprecia de corazón.
Con todo el cariño señala que creció en una familia modesta que se dedicaba a las típicas labores del campo con su familia en las mágicas y encantadoras montañas de Trujillo.
“Eran tiempos especiales, tenía una familia llena de valores, quienes me inculcaron las buenas costumbres, responsabilidad y compromiso con los demás; aquí estudié y crecí espiritualmente”, dijo.
Recordó que en aquellos años con sus hermanos, se divertían estudiando y jugando en el campo. Añoró que en el pueblo La Quebrada, era muy lindo dar paseos, ver las típicas casas coloniales, y observar grandes montañas.
Nuevos caminos
En 1942 contrajo matrimonio con Leónidas Barrios (†) con quien compartió años de relación, forjando un largo recorrido de alegría, adversidades y oportunidades, formando una familia ejemplar con 6 hijos laboriosos y perseverantes.
“Iniciamos en familia un larga travesía desde el estado Trujillo hasta llegar finalmente en el mes de junio del año 1956 a la Urbanización Campo de Oro en Mérida”, expresó.
Doña María subrayó que su familia era una de las primeras en llegar al sector Campo de Oro, teniendo la oportunidad de ser fundadores de la zona, emprendiendo una gesta heroica por consolidar la comunidad con nuevas historias y vivencias.
“Humildemente formé un lindo hogar con la bendición de Dios, logrando criar a mis hijos de una manera sencilla, con valores y educación”, indicó.
Resaltó que con mucho amor se dedicó a trabajar constantemente, laboraba en todo lo que pudiera, tenía una bodega, vendía arepas a medio, y también era costurera, para con el mayor esfuerzo sacar adelante a su familia.
Ilustre vecino
Como un hecho anecdótico, histórico y cultural, refleja con orgullo que fue vecina durante muchos años del ilustre merideño Domingo Peña, el gran baquiano de la Sierra Nevada, reconocido por ser pionero en subir a la cumbre y colocar el pequeño busto de bronce de Simón Bolívar.
“Él siempre se sentaba al frente de su casa, era un hombre delgado, calzaba alpargatas y usaba un sombrero, era muy amable, y en una ocasión le hice un liqui-liqui”, comentó.
Rememoró que ella también subió al Pico Bolívar en una cabina que movía una polea.
Educación como pilar fundamental
De manera orgullosa, María Jesús señaló que cada uno de sus hijos venía con un papelito bajo el brazo. “tienen que estudiar esa es la riqueza que les dejo”, añadió. Recuerda que se levantaba a las 4 de la mañana para preparar el desayuno y alistar a cada uno de sus muchachos para que se fueran a sus respectivas clases.
Vale resaltar que sus hijos se formaron en la ilustre Universidad de los Andes (ULA), logrando una excelente preparación académica, entre ellos: Herminda Barrios como contadora pública y administradora; Emilia Barrios, secretaria Bilingüe; Olga Barrios, licenciada en Química; Gladys Barrios, ingeniero Forestal con especialidades; Elda Barrios, licenciada en enfermería con maestría en Administración de Salud y Gustavo Barrios (†) quien por muchos años se desempeñó como fotógrafo profesional del Cuartel y la 22 Brigada de Infantería de Mérida.
Anécdotas de un viaje
En medio de la alegría y sentimientos de nostalgia, visualizaba un álbum familiar, expresando felicidad por ver retratos de amistades y familiares.
“Tenía años que no veía estas fotos, algunas no se logran mirar bien, pero que bonito es recordar”, refirió.
Entre risas contó anécdotas de un viaje muy especial, la primera vez que salió del país y visitó los Estados Unidos de Norteamérica.
“Mi querido hijo Gustavo Barrios me invitó de vacaciones a los Estados Unidos, era la primera vez que visitaba otras tierras”, reseñó.
De manera ocurrente, recalcó “cuando uno decía o preguntaba por algo, no entendían nada y yo tampoco les entendía. Todo me pareció muy bonito, pero eso allá era muy sólo, era como un llano, la gente muy callada, no hablaban con más nadie”, detalló.
En medio de la admiración, sus hijas, 20 nietos, 20 bisnietos y 13 tataranietos, agradecen a Dios por la sabiduría y fortaleza a esa edad; los familiares más cercanos quedan atónitos cuando ella se dispone a sentarse en su máquina de coser para rememorar la época en que era la única costurera de la zona.
“Yo trabajé durante mucho tiempo como costurera, atendía a toda la comunidad, eran tiempos especiales, recuerdo que hacía trajes para damas, caballeros y niños, remiendos, vestidos de matrimonio, vestuarios de danzas, primera comunión y hasta mortajas”, especificó.
Amor familiar
La historia de María Jesús Peña es muy significativa y emotiva. Reconoce que no ha sido fácil, pero que eso no le ha impedido ser plenamente feliz.
“Desde el hogar debemos seguir brindando amor, esfuerzo y protección, ser ejemplo palpable de la constancia y el respeto familiar”, concluyó.
Fuentes de inspiración
Los Adultos Mayores contienen un tesoro de conocimientos, enseñanzas y un profundo entendimiento del mundo. Son guardianes de la historia, nos enseñan sobre nuestras raíces y nos recuerdan el camino que hemos recorrido.
Los Adultos Mayores son fuentes de inspiración. Su resiliencia, su capacidad para superar adversidades y su optimismo inquebrantable nos enseñan la importancia de perseverar, de adaptarnos y de encontrar alegría en las cosas diarias. Como sociedad estamos llamados a crear entornos que los valoren, los respeten y los apoyen.
María Jesús Peña, es un ejemplo de vida, amor y compromiso. A lo largo y ancho de la geografía regional, encontraremos más historias, experiencias y un amor infinito por nuestro país.
Cada día debemos brindar nuestro acompañamiento, afecto, amor y apoyo a cada Adulta y Adulto Mayor de Venezuela, así como aprender de ellos. Al hacerlo, no solo enriquecemos nuestras propias vidas sino también creamos un tejido social más fuerte y una sociedad más sabia.
Glevys Rafael Suescun Mora / CNP 18.726
Gráficas JG / Notiandes24
Fecha de Publicación: 19/09/2023 - Hora: 01:08 pm
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