"Son unos sinvergüenzas", "estoy enfadada y decepcionada", "que los echen a todos". El hartazgo era más que evidente este miércoles 18-S en las calles de Madrid, ante la noticia de que España celebrará sus cuartas elecciones en cuatro años
La incapacidad para aunar apoyos del líder del Psoe Pedro Sánchez, ganador de las legislativas del 28 de abril sin mayoría absoluta, y los posicionamientos de los demás partidos obligarán a los españoles a votar de nuevo el próximo 10 de noviembre.
Serán las cuartas legislativas desde finales de 2015, cuando la irrupción de la izquierda radical de Podemos y los liberales de Ciudadanos puso fin al tradicional bipartidismo Partido Socialista/PP (conservadores).
A estos se suma un quinto partido de ámbito nacional, la extrema derecha de Vox, y las formaciones regionales, lo que obliga a tejer alianzas para garantizar la gobernabilidad del país.
Una exigencia de los nuevos tiempos, y que los políticos españoles parecen no haber acabado de entender. "La situación es un poco como el Barça y el Madrid, estás conmigo o contra mí, y basta", resume Silvia Fernández, empleada de recursos humanos.
Juan Carlos Jurado, un pluriempleado de 51 años y cuyo último trabajo fue como conductor de Uber, lo tiene muy claro: "que los echen a todos y que venga gente nueva".
"No han valido para eso, para llegar a un acuerdo y gobernar un país, que es su misión", añade este hombre en un parque del madrileño barrio de Vallecas, bastión tradicional de la izquierda. Pese a todo, dice que votará de nuevo al Psoe.
"Son todos culpables", y "el Psoe también ha tenido parte de culpa", creyéndose que "es el dueño de los votos" de sus simpatizantes. Tendría que sentirse avergonzado", abunda Antonio Brasero, de 59 años, de los cuales ha trabajado 35 como taxista.
Javier García, un ingeniero industrial de 27 años, critica al Psoe y Podemos por fracasar en su proyecto de gobernar juntos, mediante una coalición o acuerdo programático.
"Ya no creo en ninguno"
"Me decepciona mucho (...) por diferencias que, en mi opinión, son pequeñas, no estamos consiguiendo dar el cambio" entre ambas fuerzas de izquierda, apunta, añadiendo que "cree" que votará al Psoe de nuevo porque "las alternativas me parecen peores".
"Son todos unos sinvergüenzas, así de claro, porque no piensan nada más que en su puesto, en su situación. No piensan en los ciudadanos para nada", protesta María Ángeles Alonso, una mujer en paro de 64 años que debe cuidar de su anciana madre.
Votó a Ciudadanos en abril, pero no irá a las urnas el 10 de noviembre. "Ya no creo en ninguno", apostilla.
Presumiendo de lucidez, el empresario Fernando Muguiro dice que no le sorprende el bloqueo.
"Aquí somos incapaces de borrar, de olvidar los insultos". Dice este hombre de 45 años, dueño de un herbolario en el acomodado barrio de Salamanca, que está "decepcionado", aunque como en abril, volverá a votar "a la derecha".
Si bien son muchos los que dicen que votarán de nuevo lo mismo, Pedro Garmendia, un pensionista hispano-venezolano de 70 años, no lo tiene tan claro.
"No sé si votaré izquierda o derecha", explica a la AFP sentado en una céntrica cafetería, advirtiendo sobre cómo "se está desarrollando el sentimiento de la antipolítica en la población".
Un sentimiento compartido por la veinteañera Ana Ortega, estudiante de Bellas Artes. "Estoy cansada, no sé si voy a votar", afirma.
AFP