Una lectura simple de
los resultados de las elecciones regionales del pasado 15 de octubre deja
claro, a cualquiera, que en Venezuela: 1) el chavismo es una fuerza política
solida y robusta, ya que se obtuvieron 18 gobernaciones de las 23 en disputa;
2) el presidente Maduro logró un amplio respaldo electoral (5.817.347 votos) en
el ámbito regional y 3) el pueblo venezolano le dice “Si” al método electoral
como forma pacifica de resolver sus diferencias políticas.
Un análisis mas científico y especifico señala que el
chavismo tiene seguros, tanto una mayoría absoluta de las alcaldías para las
elecciones de este diciembre próximo, como una victoria del presidente Maduro
con mas de 8 millones y medio de votos para las de 2018.
En los resultados del 15-O, las fuerzas
revolucionarias triunfaron en 249 municipios (74,32 %). Es decir, tiene mayoría
absoluta de los municipios del país. Una cifra importante, es que tiene mayoría
en el tejido municipal de 21 estados, excepto en Bolívar (5 de 11) y Táchira (2
de 29). Lo cual, es favorable para desarrollar políticas públicas con
direccionalidad chavista.
En ese tejido municipal se pueden identificar grupos y
detalles importantes para emitir pronósticos y fijar posiciones respecto al
poderío chavista en las próximas elecciones.
1. Con hegemonía en todos los municipios de los
estados: Apure (7), Cojedes (9), Guárico (15), Portuguesa (14), Sucre (15),
Trujillo (20), Yaracuy (14), Delta Amacuro (4) y Vargas (1).
2. Con mayoría absoluta en Aragua (17 de 18), Barinas
(9 de 12), Falcón (23 de 25), Lara (8 de 9), Monagas (12 de 13) y Amazonas (6
de 7).
3. Con mayoría relativa en Carabobo (10 de 14) y
Miranda (14 de 21),
4. Casos especiales de mayoría simple donde el
chavismo perdió la gobernación pero ganó en los municipios: Anzoátegui (13 de
21), Mérida (12 de 23), Nueva Esparta (6 de 11) y Zulia (13 de 21).
Hay cuatro casos donde el chavismo ganó las
gobernaciones, los cuales merecen una mención especial y atención
revolucionaria.
El estado Bolívar es el único caso donde se gano la
gobernación pero la oposición ganó en la mayoría de los municipios y lo más
preocupante es que ganó en la capital (Heres) con abultada ventaja.
En Carabobo y Miranda, también la oposición ganó en
las capitales (municipios Valencia y Guaicaipuro).
En lo que respecta a los resultados electorales en
esas capitales de estado, es preocupante porque esas alcaldías pudieran
convertirse en unos espacios opositores a “dos pasos” del palacio de los
gobernadores chavistas.
El cuarto caso es Falcón, donde la oposición, de 25
municipios solo ganó en dos (Carirubana y Los Taques) pero allí está asentado
el Complejo Refinador de Paraguana, de los mas grandes del mundo.
Vamos por las alcaldías porque esta imagen de votos no
cambia muy fácil en 60 días.
Si ocurre positivamente es por dos cosas básicas: 1)
que la inercia política fortalezca al sujeto electoral con imagen de triunfo,
por aquello de “anotarse a ganador” y 2) una acelerada y contundente acción de
gobierno que capte una avalancha de votos para sus candidatos.
Para que el cambio sea negativo, influyen la
abstención, las divisiones internas y los malos candidatos, cosas de las que
debe librarse el chavismo.
Ahora bien. “Se
avecina una nueva campaña electoral para elegir alcaldes y alcaldesas. Aún es
prematuro hablar de nombres de candidatos o candidatas. Esperemos los
lineamientos de la dirección nacional del PSUV. Sin embargo, esta nueva batalla
va a requerir más coraje, más esfuerzo de toda la militancia del Partido para
recuperar aquellos municipios donde tuvimos un revés político. El trabajo de
captación de votos no debe quedar exclusivamente en las actividades de los
candidatos(as), es necesaria una labor colectiva, las instituciones de los
estados, movilizar todo el activo del PSUV, las Ubch, Los Clap, el Gran polo Patriótico
y su periferia de amigos y simpatizantes, incluyendo todo aquel ejercito que
participo en las elecciones regionales
del pasado 15 de octubre, es una campaña decisiva para la Revolución y la
propia existencia de la República Bolivariana.”
La contienda electoral prevista para el 10 de diciembre,
tiene una gran importancia para los propósitos de continuar la profundización
del proceso de transformación revolucionaria de la sociedad venezolana. Desde
ese ángulo no es una simple elección. En ella, está planteado un desiderátum
(un constante deseo revolucionario).
Desde esta perspectiva las venideras elecciones tienen una
significación que va a trascender en el futuro mediato e inmediato. Está en
juego una visión de la política que la concibe como una relación de fuerzas,
que en buena medida estará determinada por los próximos resultados.
De allí que los sectores revolucionarios debemos agotar
todos los esfuerzos para ganar estas elecciones, derrotando la abstención y
alcanzando el triunfo en el máximo posible, para las alcaldías, es decir;
tenemos que “barrer” en esta nueva batalla para lograr el mayor número de
alcaldías.
Para ello, hay que estimular el voto por los candidatos(as)
propuestos por los sectores bolivarianos y revolucionarios, en concreto, por el
PSUV; aunque podríamos tener objeciones por alguno(s) de ellos o ellas. Hay que
colocar las diferencias personales y/o grupales en un segundo plano y situar
por encima los intereses generales, es decir, en un primer plano, el proyecto
revolucionario y bolivariano del Comandante Hugo Chávez Frías.
“No caigamos en el triunfalismo. Vamos para una
batalla a vencer a los enemigos de la Patria” “Unidad, Lucha, Batalla y
Victoria para vencer en las mas duras dificultades”
Vladimir Pineda
Ramírez
Equipo político
municipal del PSUV-Libertador -Mérida
Mérida, 28 de octubre
de 2017
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE CAMARADAS!
¡VIVEREMOS Y VENCEREMOS!