Regulación con acompañamiento y formación técnica y operativa es, en opinión de activistas merideños de la comunicación, la receta idónea para el desarrollo de la comunicación popular, como herramienta de transformación social revolucionaria.
Esta semana, unas 26 emisoras comunitarias del estado Mérida participaron en una jornada especial de registro y regularización legal para medios populares de la entidad, ubicada en la región andina de Venezuela.
Al respecto, operarios y activistas de la comunicación popular expusieron a la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) las principales inquietudes y expectativas que tienen los comunicadores populares.
"Creemos que la voz del pueblo se tiene que adueñar del espectro radioeléctrico (...) Venezuela es pionera legislando en la materia", comentó la coordinadora adjunta del Consejo Estadal de Comunicación de Mérida, Aura Estela Rangel, en el Centro de Convenciones Mucumbarila, en el municipio Libertador.
A dicho espacio concurrieron decenas de activistas de la comunicación popular, para cumplir con la regularización de medios ante la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
Rangel precisó que el Consejo Estadal de la Comunicación tiene presencia en 18 de los 23 municipios de Mérida y agrupa unos 60 colectivos popular, operarios de alrededor de 80 emisoras de radio y televisión, así como de medios alternativos.
Sin embargo, advierte que en Mérida funcionan unos 231 medios. Estima que más de 80% se encuentren en actividad clandestina o irregular, operando de manera comercial el espectro radial, perteneciente al pueblo.
La evolución bajo la lupa
Cristina Blonder, politóloga y comunicadora popular, sostiene que la cuantía de medios populares creció en las dos últimas décadas, pero agrega que la correlación de fuerza entre comunicación popular y comercial sigue invariable, ya que la capacidad de penetración del ámbito comercial creció igualmente.
Dice que la era revolución arroja diferentes aristas para evaluar, así como indicadores de avance y posible evolución en la comunicación popular.
Identifica un primer indicador: La comunicación popular ya no es perseguida, como en tiempos de la cuarta República. "Con la Revolución se legitima la comunicación popular y la organización comunitaria".
El acompañamiento de Conatel en la renovación y actualización de concesiones y habilitaciones implica, en opinión de Blonder, un reimpulso para el movimiento popular, atención para los medios ávidos de acompañamiento, en cuanto a formación y asesoría técnica.
Carlos Zambrano, coordinador de la Fundación Domingo Peña, que opera la radio comunitaria Horizonte 106.7 FM, suscribe la idea de crecimiento en filas de la comunicación popular.
"La comunicación entendida como derecho humano, al que están sujetas las comunidades, sirvió para impulsar nuevas experiencias en Mérida y en Venezuela", comenta sobre la visión socialista de la comunicación popular.
Sin embargo, apunta que la falta de acompañamiento, seguimiento, formación y asesoría técnica ha sido talón de Aquiles en el proceso, ya que emisoras comunitarias derivaron en razón de esas carencias, en medios privados o comerciales, más para el entretenimiento que para la organización del pueblo.
Ramón Pereira, pionero merideño de la radio popular, concilia las visiones encontradas y afirma que comenzó a crecer el número de emisoras comunitarias con la Revolución Bolivariana.
Acepta la existencia de dificultades y carencias en asesoría, formación y tecnología, por lo que opina que el vínculo y cooperación recíproca entre comunicadores comunitarios y Conatel es la ruta idónea para desarrollar la comunicación popular con incidencia en la transformación social revolucionaria.
AVN