Manuel Molina: “Revolucionarios merideños asumimos
una posición de
resistencia tras el golpe del 2002”
*** La revolución Bolivariana continúa
siendo una referencia a nivel latinoamericano como un faro que sirve de guía a
los pueblos oprimidos del mundo
El gobierno del
golpista y autojuramentado Pedro Carmona Estanga, que llegó al poder el 11 de
abril del 2002 con el apoyo de las cúpulas de Fedecámaras, la Iglesia Católica,
la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y un sector antipatriota de
la Fuerza Armada Nacional, recibió una respuesta clara de parte del pueblo
venezolano, que dos días más tarde comenzó a reclamar el regreso del presidente
legítimamente electo, Hugo Chávez Frías.
Ante estos
acontecimientos, Manuel Molina, miembro de la Dirección del Psuv en el estado
Mérida, señaló: “Los revolucionarios merideños asumimos una posición de
resistencia tras el golpe del 2002. No habrá otro 11 de abril porque la
revolución bolivariana continúa siendo una referencia a nivel latinoamericano
como un faro que sirve de guía a los pueblos oprimidos del mundo”.
Aseveró, que las
clases dominadas percibieron la asunción del poder de una clase social
profundamente contraria a los intereses del pueblo, que seguramente aplicaría
los lineamientos neoliberales que ya venían siendo identificados por las masas
populares como saqueadores de las riquezas nacionales, incluyendo la renta
petrolera.
Una combinación de
fuerzas populares en la calle y de militares patriotas en sus guarniciones,
descabezaron a los golpistas deteniendo a sus principales líderes civiles y
militares, y restablecieron el hilo constitucional y al presidente Chávez en su
cargo.
Asimismo, Molina dijo que las enseñanzas de los eventos
de abril del 2002 siguen alumbrando el camino a la revolución bolivariana, hoy
también socialista, pero no hay que bajar la guardia, “el imperialismo y sus
lacayos no descansan en su afán de sostener el sistema caduco y depredador que
es el capitalismo”.
El activista bolivariano,
ratificó el carácter participativo y democrático del proceso socialista que se ha
instaurado en Venezuela, legitimado por el pueblo, que sigue enrumbado hacia una
vida mejor con logros positivos en materia de educación, salud, vivienda y
alimentación, a pesar de la guerra económica.
(OCI/Martín Lara)
(OCI/Martín Lara)