En el 2º ecofestival de la papa nativa, que arrancó ayer y se
extenderá hasta el sábado próximo en el JardÃn Botánico de la Universidad de
Los Andes (ULA), en Mérida, se muestran unas 35 variedades de este tubérculo
originario. “No todas tienen nombre, asà que este viernes haremos el bautizo de
las papas”, informó Liccia Romero, del comité organizador del evento y
profesora universitaria.
Dentro de la muestra hay variedades de papa negra y arbolona, asÃ
como la plancheta concha fina, arenoseña-cesareña, la dorilera, la merideña, la
gualtiva roja, la arepita, la ojo catire, la rojiblanca, la camusa-papa ñame,
la vidrio rojo, la imilla, papa punto azul y la reinoza, entre otras.
Según Romero, el festival permitirá dar a conocer el rescate de
las papas nativas en los páramos de la Cordillera Andina de Mérida,
fundamentalmente en Gavidia, “donde las familias campesinas han hecho un
esfuerzo por conservar estas papas en beneficio del patrimonio biocultural y
agroalimentario andino y venezolano”.
En Gavidia trabajan con la cooperativa Vertientes de Agua Viva y
pocas familias, dedicadas a rescatar estas variedades, para mejorar la calidad
de la semilla y ofrecerla al mercado, “hacerla vendible, intercambiable”, dijo
Romero. Estas papas se diferencian por el color, tamaño, forma y sabor: “Las pulpas
son pigmentadas, de distintos colores, que se prestan muy bien para efectos
culinarios”, detalló esta profesora.
Para Juan Gavidia, presidente del JardÃn Botánico, estas papas no
son para hacerlas fritas, sino para comerlas puras: “Es una papa con la concha
gruesa, uno la aplasta y es arenosa, gustosa, la concha y pulpa es muy rica y
hermosa”. Además, son papas orgánicas, es decir, “pueden tener animalitos y eso
no significa que está mala, sino que no tiene veneno”.
DEGUSTACIÓN CULINARIA
En este evento, apoyado por el periódico Muku En Comunidad, Cantv,
el MinTurismo, Bancoex y el Instituto Nacional de Investigaciones AgrÃcolas
(INIA), también se podrán conocer otros tubérculos nativos, como las rubas, las
cuibas y las macchuas, pero asimismo degustarlas, ya que habrá exposiciones
culinarias todos los dÃas, cuando culmine: ayer se hizo una cocina interactiva
con Rómulo Hidalgo, del programa del canal TVES La Alquimia del Chef, y
Leonardo Garcés, de Cocinando con lo Nuestro.
“Queremos desaprender ese discurso que sólo podemos comer un
número limitado de alimentos que ofrecen en el supermercado y entender que el
patrimonio agroalimentario es muy amplio y diverso”, dijo Romero. Tanto las
papas como los otros tubérculos nativos pueden ser cultivados sin ningún agroquÃmico
y se venden con el colectivo Mano Intercambio Agroecológico, un mercado
artesanal que se realiza cada 15 dÃas en el bohÃo del JardÃn Botánico, donde se
consiguen paquetes prepagados de productos agroecológicos de 3, 5 y 7 kilos,
explicó Javier GarcÃa, de este grupo.
LA BLANCA DESPLAZÓ A LA NATIVA
En Gavidia se tiene un invernadero donde se cultivan papas nativas
y se saca semilla, proyecto financiado por el Fonacit. Según Romero, la papa
blanca, de crecimiento rápido, desplazó a estas variedades nativas: “Venezuela
es el único paÃs andino donde eso ocurre, todos los demás paÃses andinos
valoran en términos culinarios y comerciales la papa de color por encima de la
papa blanca”.
Esto sucede, según Romero, porque “tenemos un mercado distorsionado
por las roscas comerciales ligadas a los importadores de semillas”. La papa
blanca ingresa al paÃs en la década de 1960 y a Gavidia a finales de los 70.
“Con la papa mejorada entra un montón de plagas y enfermedades, por eso
necesitan ese paquete de agroquÃmicos y fertilizantes, y eso traduce dinero
para comprarlos. Esas plagas invadieron las semillas nativas y como son de un
ciclo más largo, de 5 a 9 meses, fue imposible atenderlas y muchas murieron”.
Según Romero, solo se salvaron aquellas especies que se pudieron
sembrar en pisos más altos, por encima de 3 mil a 3.300 metros sobre el nivel
del mar, “en puntos de páramo aislados”, y por eso pocas familias las
conservaron, como los Torres.
Uno de los rescatadores, Gregorio Torres, narró que desde pequeño siempre
sembró estas papas nativas, como la negra, ruma, arenosa y la amarga. Igual
camino siguió Bernabé Torres: “Los rubros nativos estaban en el suelo, ya nadie
los conocÃa, hemos rescatado papas nativas tanto en los páramos, la comunidad y
el INIA, y las estamos produciendo”.
LA ALQUIMIA DE LO NUESTRO MOSTRÓ
VARIEDADES DE PLATOS
Los cocineros Rómulo Hidalgo, del programa de TVES La Alquimia del
Chef, y Leonardo Garcés, de Cocinando con lo Nuestro, fusionaron sus visiones
para grabar ayer, desde el JardÃn Botánico de Mérida, La Alquimia de lo Nuestro
durante la inauguración del 2º ecofestival de la papa nativa.
“Debemos empezar a cocinar con los ingredientes autóctonos del
paÃs, que garantizan protección a la salud y permiten que la comida deje de ser
un negocio. Mientras que la producción de alimentos sea un agronegocio
seguramente estaremos lejos de conseguir soberanÃa y seguridad agroalimentaria,
asà como salud”, dijo Hidalgo.
Ayer prepararon un puré con un sofrito, brochetas de papa con
queso a la parrilla, papas rellenas con queso ahumado y cebolla caramelizada, y
una ensalada, todo con papas nativas. Según Garcés, también realizaron cuibas
confitadas al horno y cuibas al romero. “No es fácil conseguir la papa nativa,
el movimiento está comenzando. Hay tres tipos de papas en el mercado: blanca,
amarilla y la chiquita, que llaman colombiana. Existe un cÃrculo vicioso: no se
producen papas nativas, porque los productores dicen que no hay quien la
consuma, y los consumidores sólo consume dos tipos, porque no se producen más
variedades”.
Correo del Orinoco