Jóvenes peruanos imitan el modelo
venezolano
del maestro Abreu y Dudamel
La música clásica me llena, me inspira”, dice tras recostar el
contrabajo Franco Rabino, de 15 años, alumno del programa de transformación
social a través de la música que promueve en Perú el célebre tenor Juan Diego
Flórez inspirado en la “maravilla” de las Orquestas Juveniles de Venezuela.
A su lado, dos niños sacan entre risas notas de un violÃn, mientras en
otra sala dos jóvenes tocan concentradas en la viola los primeros compases de
“Lightly Row” siguiendo las indicaciones de un maestro.
La escena es en un centro cultural del limeño barrio de Miraflores,
pero se repite en los 15 puntos de la geografÃa peruana adonde ya ha llegado el
Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles en sus nueve meses de vida.
Vestido de pantalón corto y gorra, Rabino explica a AFP que un dÃa
acompañó a su prima a un ensayo y se quedó “impresionado” al ver cómo jóvenes
como él “tocaban la música clásica”.
“Me escogieron para tocar el contrabajo por el tamaño que tengo, 1,76
m, me comenzaron a dar clases y me siento muy bien, siento que aprendo rápido,
es fantástico”, explica el joven, cuya intención es comprar, cuando pueda, un
contrabajo para poder practicar en casa.
Pensado para niños y jóvenes de entre 8 y 16 años de bajos recursos
pero abierto a todos aquellos que tengan inquietudes musicales, el Sistema
promueve la creación de “núcleos” como el de Miraflores, donde profesionales de
la música y la pedagogÃa imparten gratuitamente clases de coro y de
instrumentos de cuerda, viento y percusión.
“Se busca poder transformar la vida de los niños, darles una
oportunidad, inculcarles valores esenciales como la responsabilidad, la
autoestima, la generosidad en el trabajo en equipo. Y poder otorgarles con el
instrumento en la mano un camino en la vida”, explicó Flórez a la prensa en una
reciente visita a Lima.
Cada núcleo cuenta con una financiación de instituciones y empresas
privadas de alrededor de 1.200.000 nuevos soles (unos 400.000 dólares) en tres
años, entre salarios, instrumentos y otros gastos.
“No necesitan ningún conocimiento previo, solo que tengan vocación,
constancia y rigor en el estudio”, explica a AFP Diego Becerra, director del
núcleo de Miraflores, que cuenta con 74 niños venidos de todos los rincones de
Lima.
En su primer año, cuenta Becerra, el “núcleo” imparte solo clases de
coro e instrumentos de cuerda (violÃn, viola, violonchelo y contrabajo), pero
en el segundo año se ampliará a instrumentos de viento y percusión.
“Hasta que tengamos la orquesta completa”, agrega, mientras una niña de
unos 10 años apenas alcanza a frotar con el arco las cuerdas de un violonchelo
demasiado grande para ella.
Talentosos o no, los niños y jóvenes encuentran en las orquestas un
espacio “sano, de cultura, donde se les da la oportunidad de no caer en vicios,
ni de estar siempre con la computadora”, a través de la música, que tiene
beneficios comprobados para el pensamiento lógico, la atención o la memoria,
agrega Becerra.
Guadalupe Delgado, de 16 años, llegó hace cinco meses al “núcleo”
aconsejada por su hermana, hizo una prueba, la seleccionaron, y desde entonces
acude varias veces por semana a ensayar con el violonchelo, “un instrumento muy
bonito, con una melodÃa que me encantó, entre grave y agudo”.
“Me culturiza, me está volviendo más responsable. No lo voy a tomar
como una carrera profesional, pero tengo un sueño en el que me gustarÃa tocar
en un concierto una sinfonÃa con gente mayor”, explica esta joven, que de mayor
quiere ser ingeniera industrial.
Para el célebre tenor peruano, la puesta en marcha de esta red de
orquestas populares es un sueño hecho realidad que se gestó en un viaje a
Venezuela en 2009, donde pudo ver con sus ojos los efectos positivos del modelo
creado en 1975 por el compositor venezolano José Antonio Abreu, exportado a
varios paÃses y que ha sobrevivido a gobiernos de todos los colores.
“Me dije: esto tengo que hacerlo en el Perú. Me di cuenta que un niño
con un instrumento en la mano es un niño que ya no es más pobre, se le abren
muchas posibilidades y se enriquece espiritualmente”, contó el tenor.
“En Venezuela tienen 500.000 niños en 250 núcleos, nosotros queremos
llegar a 5 millones”, bromeó.
Prensa: AFP